
El sábado 9 de julio, dos hombres atacaron un bar en Pietermaritzburg, Sudáfrica, dejando 4 muertos y 8 heridos graves. El tiroteo se produjo alrededor de las 20.30 (hora local) y dos personas murieron en el lugar mientras que las otras dos, fallecieron al llegar al hospital.
Horas más tarde, pasada la medianoche, otra masacre se desató cuando un grupo de hombres irrumpió en un bar en el distrito de Soweto, en Johannesburgo. Los atacantes estaban armados con rifles y pistolas de 9 milímetros.
En un comunicado emitido por las fuerzas policiales se expresa que 23 personas recibieron disparos: 12 fallecieron en el lugar de los hechos, otras dos murieron llegar al hospital y el resto de las víctimas se encuentran en estado grave.
La policía acudió a los bares luego de que vecinos del lugar alertaran sobre la situación. Mientras las autoridades siguen investigando los hechos, se cree que los tiroteos fueron al azar, catalogándolos como "incidentes de criminalidad sin motivaciones ulteriores" y que los atacantes estaban bajo los efectos del alcohol.
Las masacres ocurridas este sábado dejaron un total 21 víctimas fatales, de las cuales la mayoría eran menores de 18 años, y el menor de ellos solo tenía 13.