
No es fácil ser Merlina Addams. O eso parece. Jenna Ortega está en constante ascenso como resultado de un sacrificado esfuerzo. En una entrevista con Variety, la actríz reveló lo difícil que fue filmar la serie de la hija de Morticia y Gomez Addams.
Con sus palabras, pinta un retrato agotador de su agenda que la llevó a mantener largas videollamadas con su padre en donde atendía "llorando histéricamente".
“Llegaba al set dos horas antes, y filmaba de 12 a 14 horas. Después iba a casa para tomar clases complementarias por Zoom. A veces llegaba al departemento y mi profesor de violonchelo ya me estaba esperando".
Ortega manifestó que había comenzado las lecciones de esgrima y violonchelo un par de meses antes de la filmación, y que las continuó durante el rodaje de ocho meses en Rumania.
Sobre la secuencia de violonchelo "Paint it Black", expresó que fue particularmente difícil de lograr porque tuvo que cambiar de profesor al mudarse al extranjero y representar con precisión una pieza hecha para dos instrumentos, con solo uno.
“No podía dormir nada, empecé a tirarme de los pelos".
Jenna confesó que a medida que llegaba el final de las grabaciones comenzaron a quedarse sin tiempo, y hubo que buscar dobles de riesgo u ocasionalmente dobles de violonchelo: "Yo insistí en estar lo mejor preparada posible porque quería que pudieran usarme a mí misma".
Sobre la segunda temporada de "Merlina", dijo que aun no sabe cuándo comenzará la producción, pero que preferiría que la historia se centrara menos en los triángulos amoroso y más en el personaje y sus experiencias.