
La startup fundada en octubre, Make Sunsets, se embarca en un proceso que probablemente provocará críticas generalizadas: la compañía lanzó globos meteorológicos con partículas de dióxido de azufre a la estratosfera, en un intento de manipular artificialmente el clima.
Aunque técnicamente no es difícil liberar tales compuestos en la estratosfera, las mayoría de los científicos se abstienen a la idea de realizar incluso experimentos al aire libre a pequeña escala.
¿Las razones? Rociar dióxido de azufre en la atmósfera pone directamente en riesgo a la Tierra y a la humanidad al alterar la capa de ozono, lo que podría generar lluvia ácida y causar enfermedades respiratorias.
El estado actual de la ciencia no es lo suficientemente bueno para rechazar o aceptar, y mucho menos implementar la geoingeniería solar.
Janos Pasztor, director ejecutivo de Carnegie Climate Governance Initiative
El cofundador y director ejecutivo de Make Sunsets, Luke Iseman, dijo a MIT Technology Review que reconoce que el esfuerzo es en parte empresarial y en parte provocación, un acto de activismo de geoingeniería.