
Hace apenas unos días se cumplieron 25 años de su estreno, y se relanzará una versión remasterizada en 3D HDR y alta velocidad de cuadro de Titanic que podrá verse en salas de cine.
Este film de James Cameron, se convirtió en un clásico dentro de la industria, tiene fanáticos por todo el mundo y es una de las películas más vista y repetidas en la televisión. No haberla visto es casi un pecado capital.
Mucho se ha escrito sobre esta historia y hasta se llegó a analizar si ambos cabrían en la estructura de madera que mantuvo a flote a Rose hasta que las balsas regresaron a rescatarla del naufragio. Incluso mucho también se habló del fenómeno comercial en el que se convirtió, siendo una de las películas más taquilleras.
La película se hizo con 11 estatuillas en los Oscar, convirtiéndola en una de las películas románticas más icónicas de la historia del cine. La historia trascurre en el año 1912, entre los miles de personas que desean un hermoso viaje, el destino elige a dos jóvenes almas para lanzarles el desafío de alimentar una pasión que cambiará sus vidas para siempre.
Rose DeWitt Bukater ( Kate Winslet) es una joven de 17 años y familia de clase alta norteamericana que sufre las estrictas expectativas de la sociedad eduardiana y que se enamora del joven viajero de tercera clase y espíritu libre Jack Dawson (Leonardo Dicaprio), que ha logrado embarcar en el viaje al ganar un billete de tercera clase apostando a las cartas. Una vez que Rose abre sus ojos antes el mundo que existe más allá de su celda de oro, el amor prohibido entre Rose y Jack, que va más allá de las clases, supone un gran misterio que sigue sin resolución hasta la época actual. Nada en la tierra puede interponerse a su amor, ni siquiera el impensable hundimiento del Titanic.
Como datos de color para Cameron, su director, era indispensable incluir en la película imágenes de los restos reales del barco, hallados en dos grandes piezas en 1995. Para eso, llevó a su equipo al lugar de descanso final del barco, aproximadamente a 640 kilómetros de la costa de Newfoundland, Canadá y cinco kilómetros bajo la superficie del océano.
La misión requería de esfuerzos nunca antes vistos en una producción cinematográfica. Alquilaron un barco científico ruso que albergaba dos de los cinco sumergibles tripulados capaces de alcanzar las profundidades requeridas.
El esfuerzo fue titánico, pero rindió sus frutos: “Pudimos regresar con esta rica cosecha de imágenes de películas y videos. Enviamos nuestro vehículo remoto adentro y exploramos los interiores del barco. Literalmente vimos cosas que nadie ha visto desde 1912, cuando el barco se hundió. Hemos integrado estas imágenes en el tejido de la película y esa realidad tiene un impacto profundo en el poder emocional del filme”, dijo el director.